domingo, 6 de junio de 2010

Formando investigadores. El desarrollo de competencias para abordar el trabajo de campo cualitativo.

Formando investigadores. El desarrollo de competencias para abordar el trabajo de campo cualitativo.

Los fenómenos sociales forman parte de nuestra cotidianidad, de nuestra convivencia, del compartir diario, pero existe una necesidad imperante de conocer las causas y las consecuencias, del porque de esos fenómenos, de el poder explicar de forma concisa o acertada un hecho de la realidad, estamos hablando entonces de la investigación científica una ciencia que engloba el descubrimiento de los factores que se involucran en las acciones del medio natural.

En este análisis se pretende abordar el tema de la formación de investigadores basándonos en el estudio de la investigación social como forma de conocimiento científico caracterizada por la reconstrucción sistemática y estructurada para la obtención de evidencias empíricas fundamentadas y enmarcadas en la teoría. En consecuencia estaremos sintetizando cuatro aspectos fundamentales expuestos en el material facilitado, que son, el trabajo de campo en estudios sociológicos, las competencias necesarias para desarrollar investigaciones empíricas, entrenamiento de alumnos en la práctica de las investigaciones cualitativas y por ultimo una retroalimentación de lo aprendido en clases.

“La metodología cualitativa, estudia el todo integrado, que forma o constituye primordialmente una unidad de análisis y que hace que algo sea lo que es: una persona, una entidad étnica, social, empresarial o un producto terminado; aunque cabe destacar, la posibilidad de estudiarse una cualidad específica, siempre que se tenga en cuenta los nexos y las relaciones que tiene con el todo, los cuales contribuyen a darle su significación propia” (Martínez, 2004:p. 66).


El trabajo de campo: complejidades y desafíos.

En ciencias sociales el trabajo de campo se refiere a la inmersión del investigador al escenario natural obteniendo de esta forma una visión mas clara y por consiguiente la comprensión de los fenómenos, para ello se aplican diversas técnicas que permiten la obtención de los datos requeridos, tal como lo son la observación, la entrevista y la revisión de documentos. Hoy en día, se puede decir que la investigación etnográfica es un estudio exhaustivo de los eventos que ocurren en la vida del grupo, “con especial consideración de las estructuras sociales, las interrelaciones funcionales y la conducta de los sujetos, como miembros del grupo, así como sus interpretaciones y significados de la cultura a la que pertenecen” (Arnal y otros, 1994 citado por Hurtado y Toro, 1998)

La etnografía nos brinda acceso a la información de una manera dinámica y flexible, permitiendo la descripción y comprensión periférica de grupos sociales, comunidades o etnias a estudiar, de este modo se pude retratar sistemáticamente las perspectivas conductuales, dimensiones socioculturales, las relaciones interpersonales, costumbres, entre formas de convivencia; concertado bajo un esquema tanto empírico como teórico. El valor etnográfico, se evidencia en relación al desarrollo de la teoría y su flexibilidad, puesto que ella no requiere de un diseño extensivo previo al trabajo de campo, las estrategias e incluso, la orientación de la investigación, pueden cambiarse con relativa facilidad, de acuerdo a las necesidades volubles, por el proceso de elaboración teórica.

Para el lograr un buen desempeño en el estudio etnográfico es necesario entender que existen una serie de procesos metodológicos que deben ir resolviéndose a lo largo de la investigación. Una vez formulados los objetivos y definida la estrategia metodológica, el investigador debe establecer el o los escenarios y el rol que este asumirá, así como la información que se le brindará a los actores vinculados a la investigación.

La metodología etnográfica, tiene la virtud que en su primera fase de investigación, el etnógrafo determina el nivel de participación al grupo que se va a estudiar, que a juicio de los investigadores es el más importante y fundamental, ya que se introduce en su ambiente y establece con destreza que pueda facilitar la recolección de la información, para así tratar de percibir, como es visto por los miembros del grupo, el aspecto que se esta analizando. Una vez que el etnógrafo entre en confianza con la comunidad, se procede a la recolección de la información.

También es importante resolver los medios para el acceso al campo, es decir; de crear las estrategias tácticas para el abordaje directo con los involucrados y la información teórica general. Esto es más que solo pedir permiso o estar dentro de la escena, tiene que ver con la comprensión Social del lugar, de las dificultades y los medios por los cuales se obtendrá la muestra. Esto se debe a que en muchas ocasiones no todas las personas estarán dispuestas a brindar la información requerida en el estudio.

En el mismo orden de ideas se hace referencia a las técnicas de recolección de información que caracterizan al método etnográfico, a saber:

La observación: esta técnica ofrece al investigador una visión distinta de la realidad, no es solo ver lo que las personas hacen o que dicen, sino la evidencia que se obtiene al momento de comparar los resultados con la teoría. Es importante que dentro de este proceso no se interfiera o se modifique lo que se estudia, de otra manera el estudio no tendría ningún sentido científico. Existen varios parámetros que coadyuvan al ejercicio de esta técnica como lo es el enfocarse en observar un objetivo concreto; planificar sistemáticamente lugares, personas, horarios, entre otros; someterse a controles de objetividad, confiabilidad y precisión.

Por otro lado se tiene en cuenta la elaboración de una guía de observación, la cual va a representar nuestro norte en lo que vamos a observar, sin embargo no siempre se llega al campo con unas dimensiones establecidas, la actividad es relativa y dinámica, por lo que se acopla en la medida en que se observa. Existen algunos pasos esenciales para la elaboración de la guía, tales como: ubicar el lugar y el espacio, que actividades se permiten y cuales no; prestar atención a las actividades que llevan acabo las personas, sus formas de comunicarse, la distancias entre ellos o si están solos y buscar modos de comportamientos y conductas.

La entrevista: en primer plano puede considerarse como una conversación cotidiana entre el entrevistado y el entrevistador, pero con ciertos rasgos sistemáticos que llevan dicho dialogo en la dirección que el investigador desea, para lograr resolver los objetivos del estudio. En consecuencia se desencadena un proceso narrativo donde el entrevistador debe animar al entrevistado para que este desempolve sus más profundos recuerdos pero sin contradecirlo y al mismo tiempo llevar el control de la actividad siempre en búsqueda de lo esencial de la investigación. Al momento de formalizar la entrevista se deben plantear las condiciones por las cuales se realiza el estudio y así evitar cohibiciones por parte del actor vinculante, esto se denomina contrato inicial y el entrevistador es obligado a revelar sus intereses e intenciones, una ves que ha culminado este proceso se puede dar inicio formal al proceso comunicativo.

De la misma forma es necesario elaborar un guión que permitirá al entrevistador tener una guía de las preguntas y los temas en los cuales debe enfocarse, de la misma manera que en la observación, este guión no es definitivo, es decir, que puede ser modificado de acuerdo como se desenvuelva la actividad. Continuando con el tema también se hace referencia a la toma de notas de campo como recurso necesario que hace posible el registro de información y datos provenientes tanto de la observación como de la entrevista. El investigador capta los aspectos más relevantes de los procesos sociales y sus contextos y los plasma en las notas, inclusive anota las impresiones y las posibles interpretaciones de los procesos investigativos.

Formación para la investigación en ciencias sociales: ¿Qué competencias son necesarias para desarrollar procesos de investigación?

En la temática anterior analizamos el método de investigación etnográfica y sus técnicas de recolección de información, ahora nos disponemos a desglosar brevemente en que consisten las competencias investigativas. Las competencias son definidas como las capacidades y habilidades que posee el investigador para el buen desempeño de los procesos investigativos teóricos y prácticos. Podría decirse que las competencias son el conjunto de herramientas metodologicas y sistemáticas que el investigador adquiere durante su periodo de desarrollo académico y por qué no, en su vida común.

Tal es el caso de las habilidades del médico con sus consultas y los métodos que utiliza para diagnosticar las enfermedades, el docente y sus dinámicas para el aprendizaje, el abogado y sus herramientas para la defensa de un caso y el investigador y sus técnicas para la obtención de la información y la recolección de los datos, es en ese sentido que asociamos la idea de que en la medida que nos especializamos académicamente en un área, tendremos de alguna manera una ventaja para desarrollar actividades referentes a esos temas.


Maestrantes:
Cabrera Norma
Torres Jorge
Madroñero Cristóbal
De los Ríos Jairo
Vásquez Geraldine
Querales Lee

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